¿Por qué contamos hasta 60 minutos o 60 segundos y no hasta 100?
Tic-tac, tic-tac... Esta nueva etapa empieza así.
El origen de dividir lo que llamamos una hora en 60 minutos y a su vez estos también en 60 segundos procede, según la hipótesis más asentada, del sistema de numeración babilónico, donde contaban hasta 60.
¿Por qué? Por herencia a su vez de los pueblos mesopotámicos y sumerios, donde se compaginaba el sistema duodecimal (12) con el sexagesimal (60).
En estas culturas, madres del comercio, se cree que en los mercados se usaban las falanges de nuestros 4 dedos más largos para contar (el pulgar no se incluía porque era el que se usaba como ‘contador’, recorriendo todas las falanges para sumar).
4x3 falanges = 12
Ese 12 que nos daba la cuenta de la primera mano podían multiplicarlo añadiendo los dedos de la otra mano (ahora sí, incluyendo el pulgar).
Y 12x5= 60
Aunque el sistema decimal es el rey de nuestros días, mantenemos el sexagesimal en otros aspectos, como los ángulos (90º, 180º, 360º) y el duodecimal en algo tan común como las docenas de huevos.
Para tirar del hilo⤵
En Tierra B hemos dedicado varias ediciones a nuestra relación con el tiempo, así que me ha parecido que era un buen tema para arrancar esta nueva etapa. Aquí, a cómo lo relacionamos con nuestro trabajo y aquí, con lo arbitrario de nuestros calendarios.
12 y 60 comparten varias cosas a nivel matemático. Por ejemplo, 60 tiene 12 factores (doce divisiones que dan lugar a números enteros): Esto hace que su división sea muy sencilla. Se puede dividir en 30 (media hora), 20, 15 (1 cuarto), 12, 10, 6, 5, 4, 3, 2 y 1.
🤯🤯 qué interesante!