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Muy buenas y gracias por recibirme en tu buzón, soy Víctor Millán y esto que estás leyendo es Tierra B, una newsletter en la que intentamos mirar la cara B de las cosas para mantenernos críticos y curiosos y pasarlo bien por el camino.
En esta edición quería compartir contigo algunas cosas que he estado leyendo y pensando sobre por qué algunas culturas se creen superiores o inferiores a otras. O por qué algunas que siempre han ejercido una posición de superioridad ahora parece que no quieren saber nada de eso.
En otras palabras, hablamos de conceptos como etnocentrismo, darwinismo social y relativismo cultural.
Vamos allá:
La idea de esta edición me vino después de leer un libro de ciencia-ficción donde se presenta a los socirebi, un pueblo —aunque depende con quién hables de ellos no quieren oír nada de palabras del tipo “pueblo”, “país”, “nación” o “patria”— cuanto menos curioso.
Todos en gran medida están contentos con sus costumbres de vida, pero a la vez reniegan de ella. Los conflictos entre las distintas facciones de los socirebi son tan continuos como olvidables. Son casi cómicos en sus riñas internas. Pero, en la novela, siempre se retrataba cómo chocaban entre sí, especialmente entre los que creían que los socirebi eran la mejor cultura del mundo y los que la desdeñaban continuamente.
El etnocentrismo es ese punto de vista que hace que una cultura vea todo el mundo y otras culturas desde sus propios estándares. Es un concepto peliagudo que aglutina dos estimaciones antagónicas. El etnocentrismo es capaz de hacer que yo, por ejemplo, crea que mi cultura es superior a otras, o que mi primo —también por ejemplo— piense que alguien de otro lugar puede vulnerar los códigos morales de nuestra cultura porque en la suya propia es algo habitual.
Hablando en plata: que un español, por ejemplo, pueda creer que un marroquí es inferior a él por no ser español, y que otro español pueda pensar que dé igual que en algunas familias marroquíes que residen en España las mujeres tenga una situación supeditada al hombre.
El etnocentrismo vale para todo porque solo recoge un punto de vista. Y los ojos que emiten ese punto de vista puede estar en una posición de superioridad o de desigualdad.
Por eso existen distintos tipos:
Etnocentrismo racial: el que hizo que los nazis pensaran que ser rubio era mejor, pero también el que hace que un blanco asuma por defecto que es físicamente inferior a un negro.
Etnocentrismo lingüístico: basado en las diferencias por lengua.
Xenocentrismo: o invertido. Es decir, pensar que nuestra cultura es peor.
El religioso: que se explica por sí mismo.
Y luego hay por su puesto franquicias, como el Eurocentrismo, el Afrocentrismo o el Sinocentrismo.
Aunque junto al etnocentrismo aparecen otros conceptos como el de raza o el darwinismo social, lo que tiene en común si te fijas, más allá de quién es mejor o peor, es que el juicio se produce situándose siempre en el centro el que lo emite.
No se trata de que sea más patriótico, antipatriótico, chovinista o cualquier cosa. Podemos tener cualquier tipo de opinión, pero cuando caemos en el etnocentrismo siempre lo hacemos sesgados por nuestra cultura.
Es, en cierto modo, inevitable.
Vamos, que aunque vayamos de que somos los mejores o los más inclusivos, lo miramos todo desde nuestro ombligo. Por eso sorprende ver cosas como esta:
Mi cultura es mejor que la tuya. O no, por favor
Yo soy español. Europeo (aunque del sur para algunos). De esa parte del mundo que durante siglos colonizó a otra parte. La denominada cultura occidental ha impregnado todo. O quizá es que no somos capaces de mirar más allá de ella.
Porque, ¿qué países o nacionalidades se reconocen como más orgullosos de su cultura, incluso hasta asegurar que puede ser mejor?
Hay algunas encuestas al respecto. El Pew Research Center hizo un sondeo en 2011 en el que intentaba sondear el grado de chovinismo por países europeos. Ya sabes, ese patriotismo desaforado de origen francés.
Los resultados puede sorprender. O quizá no. La encuesta preguntaba hasta qué punto estaban de acuerdo con la afirmación de “nuestra gente no es perfecta pero nuestra cultura es mejor que las demás”.
Solo un 36% de franceses estaban de acuerdo. Un 20% de los españoles. Grecia era el país más orgulloso de su cultura con un 89%. Le seguían Georgia (85%), Armenia (84%), Rusia (69%), Bulgaria (69%), Bosnia (68%), Rumanía (66%) y Serbia (65%).
Esta primera encuesta solo era de ámbito europeo.
¿En qué países de todo el mundo crees que habrá más población que asegura que son culturalmente superiores? ¿Estados Unidos?
También en 2011 investigadores de la Universidad de Alicante intentaron trazar un ‘Mapa del Etnocentrismo’. El resultado fue que los encuestados de India, Pakistán, Turquía, Indonesia y Kenia son las que más respondían que estaban de acuerdo con su superioridad cultural.
¿Lo esperabas?
Le seguían China y Japón, pero también México y Brasil, así como Líbano y los Territorios Palestinos, Jordania y Egipto, junto a Polonia.
En el extremo contrario, los que menos aseguraban que se sentían superiores culturalmente estaban Francia, Gran Bretaña, España, Rusia, Lituania, Israel, Estados Unidos, Alemania y Ucrania.
India, Pakistán, Turquía, Indonesia y Kenia son los países donde sus ciudadanos se reconocen más superiores culturalmente. En Europa se tiende a decir que no seguramente por su pasado colonial.
España, en ambas encuestas, está en la parte final, al igual que muchos países europeos. El único país de habla hispana de América encuestado fue México, situado en mitad de tabla.
Pero claro, la pregunta quizá es: ¿Aseguran los europeos que no se siente culturalmente superiores porque son (somos) conscientes de la historia que llevamos detrás?
En los años 50, un grupo de antropólogos estadounidenses comenzó a publicar ensayos hablando de la vida y cultura de los naciremas. Nacirema era ‘American’ al revés, en un intento por distanciarse de su etnocentrismo y satirizar también el modo de vida norteamericano.
No existe ninguna novela de ciencia-ficción que hable de los socirebi con los que arrancaba esta edición. Ibéricos al revés, porque si hubiera metido la ñ de españoles igual hubiera quedado demasiado claro.
🔗 Referencias de esta edición de Tierra B.
🌍 Y mientras, en la Tierra B: un trivial y tres recomendaciones
¡Estrenamos secciones! Vamos allá:
Primero, el trivial:
🤔Puedes ver la respuesta aquí.
Recomendaciones:
📖 Un libro: El mapa cultural: Las 8 escalas de nuestras barreras culturales y cómo sortearlas. Un libro interesante y muy ameno para conocer contrastes culturales.
🍿 Una película: La vida de Pi. Preciosa y de las que te hacen pensar al acabar. Disponible en Disney Plus.
🖼 Una obra de arte para pensar: la Cabeza de Bronce de Ife, del pueblo Yoruba. Mientras Europa comenzaba el Renacimiento, en lo que hoy es Nigeria estaban haciendo estas cosas.
He dedicado a preparar y escribir esta edición algo más de 3 horas, más infinitos paseos con Vito, mi perro, asesor y jefe en la sombra🐕.
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Nos leemos, si quieres. Y espero cualquier comentario, opinión o apunte con los brazos abiertos. Solo tienes que responder este mail. Estoy al otro lado.
Que tengas buen día.
Víctor