Vacaciones 🏖
El origen de nuestras vacaciones es más práctico que otra cosa. En el siglo VI antes de Cristo, Tarquinio el Soberbio, último rey de Roma, concedió un día libre a los esclavos las fiestas de Júpiter, en abril. Ya en medio del cambio de era y de milenio, Julio César y su sucesor, Augusto, trasladaron estas fiestas al verano, coincidiendo con las fechas de más calor para que los esclavos se evitaran alguna jornada literalmente mortal.
Por ello, los meses estivales fueron renombrados como julio y agosto.
Como vimos en la edición anterior sobre el tiempo, estos romanos se tomaron el lujo de hacer las cosas a su manera con los aspectos más palpables de la vida, y de sus recetas hemos seguido tirando todos.
Es del verbo latino vacare (que significa estar ocioso) de donde procede la palabra vacaciones.
Hola y muchas gracias por recibirme en tu buzón👋. Soy Víctor Millán, y esto que estás leyendo es Tierra B, una newsletter en la que miramos la cara B de las cosas para entender mejor el mundo. Si te han reenviado este correo o te ha llegado por cualquier vía, puedes ver de qué va esto aquí y si te gusta, suscribirte aquí.
Durante la Edad Media, se arraigó lo que ahora parece que es un mito sobre nuestras vacaciones: que los niños tuvieran que ayudar más en el campo durante estas fechas y que, a la larga, eso derivara en el periodo estival sin escuelas que tenemos hoy y que marca también la vida laboral de los adultos. Pero, lo dicho, parece descartado. Pocos niños campesinos iban a la escuela en la Edad Media.
Sin embargo, desde esa época y hasta la Ilustración los nobles y pudientes sí que comenzaron a viajar en verano. Por aventura y por demostración de su riqueza, trayendo de lo más lejos posibles objetos exóticos. Los denominados Grand Tours de la élite de la élite fueron el comienzo del turismo.
Pero: ¿y los trabajadores? Ahí parece que durante la Revolución Industrial, con muchos antiguos campesinos llegados a las ciudades, marcó definitivamente la herencia de la que bebemos hoy. Las ciudades y las fábricas eran literalmente hornos en verano. Como ahora, pero más insalubres, y se afianzó dar días libres a los trabajadores en estas épocas.
Los países nórdicos parece que fueron los primeros en establecer unas vacaciones pagadas. En España, no se afianzaron hasta los años 60. Por cierto, pese a al mito, España no es ni uno de los países con más vacaciones ni uno de los que menos.
—
Una vez leí que, como tantas cosas en la vida, el planteamiento de los descansos, las vacaciones y el gran descanso —la ansiada jubilación— están planteados en torno a otras cosas que, por definición, no las ponen en el centro. Puedes pensar en el trabajo, en la cotización, en las vacaciones escolares…
No sé si tiene sentido económico y vital parar en seco durante varios días seguidos en verano y no con pequeños interludios durante todo el año. Y más aún, sobre todo, si tiene sentido estar trabajando 40 o 50 años para aspirar a vivir nuestra última etapa, con achaques, sin supuestas obligaciones, en lugar de plantear que todos pudiéramos tomarnos algún año sabático de vez en cuando y no acumular todo para ser abuelitos ociosos.
🏝 En cualquier caso, esta newsletter se va de vacaciones. Ha sido una primera temporada con cambios de formato y de ideas, y la que viene lo seguirá siendo.
Importante: también habrá un cambio de plataforma para esta newsletter, por lo que es posible que el próximo e-mail te llegue visualmente distinto y quizá desde otro remitente. Si todo va bien, recibirás una nueva edición de Tierra B el 17 de septiembre.
Espero que te hayan interesado los temas y los enfoques.
Como siempre: nos leemos, si quieres. Y espero cualquier comentario, opinión o apunte con los brazos abiertos. Solo tienes que responder este mail. Estoy al otro lado.
Que tengas buen día.
Víctor